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Presentación
Durante el período del régimen militar en Chile (1973-1990) se violaron sistemáticamente los derechos humanos, por medio de torturas, desapariciones, violaciones, asesinatos y escenas macabras.
Naomi Klein, autora del libro La Doctrina del Shock, explica cómo se pretendió instalar el sistema económico neoliberal –un sistema que no sería fácilmente aceptado por la población, por sus características- por medio del shock. Explica que esta doctrina fue utilizada por primera vez de forma masiva en Chile durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Por otro lado, Michel Focault explica cómo la práctica gubernamental desde el soberano hacia los súbditos, está mediada por la violencia hacia los cuerpos, como una forma de mantener el control por parte del Estado hacia la Sociedad Civil, lo que se ha convertido en un verdadero arte de gobernar.
Marcia Alejandra Merino, más conocida como La flaca Alejandra, tras las sesiones de tortura se convierte en una de las principales informantes, entregando a militantes tan importantes para el MIR. Años más tarde entregará su testimonio acerca de lo vivido, por medio del libro “Mi verdad: más allá del horror, yo acuso”
miércoles, 5 de diciembre de 2012
Informe Rettig
martes, 4 de diciembre de 2012
Londres 38
Un poco de historia
La agitación social de la época, los distintos movimientos revolucionarios y la ascensión de Allende a la presidencia, significó un peligro inmediato para los intereses económicos del Imperialismo Norteamericano, sobre todo porque dentro del programa político de la Unidad Popular, había serias intenciones, la mayor parte materializada, de nacionalizar fábricas y compañías de carácter estratégico para desarrollar una economía social. Por otro lado, grupos más radicalizados, reiteraban los llamados a sabotajes y bombazos a fábricas y empresas extranjeras con la intención de alcanzar el control obrero. Por otro lado, tanto en poblaciones como en centros de estudios, se comenzaba a construir el sueño socialista del poder popular, expresado en tomas de terrenos con organización al margen de la institucionalidad, ejemplo de ello podemos verlo en el documental “Campamento Nueva La Habana”. [Ver documental]
Marcia Alejandra Merino: "Mi verdad: más allá del horror, yo acuso"
Su relato es de tono frío y angustiante, delata nombres como quien hace una cuenta ordinaria:
"Desde el 1º de agosto de 1974 hasta fines de mayo de 1975, fecha en que salí de los centros clandestinos de detención, tortura, muerte y desaparecimiento, dí también los nombres de Muriel Dockendorf y Francisco Aedo, hasta ahora desaparecidos. Además entregué el domicilio de Adriana Urrutia, Sara Astica, Liliana Maldonado, Zaida Cataldo y Gloria Laso, todas ellas sobrevivieron a la detención y tortura."Como militante del MIR, cumplió labores logísticas, como la búsqueda de casas de seguridad y también estuvo a cargo de la reorganización del partido en Talca tras el golpe de estado. Por lo tanto, tenía un amplio conocimiento de direcciones y nombres de personas, razón por la cual es detenida y cooptada por el organismo de inteligencia, que tenía el objetivo de "limpiar" el país, tal como se indica el conocido Informe Rettig.
Tras su segunda detención en Curicó es trasladada al Cuartel Yucatán ubicado en la calle Londres #38, en Santiago, hoy actual espacio de memoria. Este lugar es considerado, junto a la casa de José Domingo Cañas, como uno de los centros más duros en la represión política, donde hubo 96 ejecutados/as o desaparecidos/as y más de 200 detenidos/as, 83 hombres y 13 mujeres, 2 de ellas embarazadas.
Alejandra, describe esta casa con palabras que delatan el horror vivido en ese espacio:
"Apenas llegué a ese lugar, que después supe era Londres 38", me invadió un terror indescriptible, pues el ambiente era el infierno. Escuchaba gritos de personas torturadas, voces de mando, insultos, golpes... A la mañana siguiente, lo sé porque escuché órdenes de levantarse a muchas personas, me tomaron de la mano y me llevaron a un segundo piso (...)"La escalera por la que sube Alejandra, es descrita por otros prisioneros como una escalera de Caracol, y lleva a las salas de interrogatorios y torturas. Es precisamente una de estas salas, donde esta mujer inicia un viaje de no retorno, que ella misma describe como muerte o muerte "En toda esa época, mi dilema fue elegir entre la muerte y la muerte...".
Durante su estadía en este centro de detención cuenta cómo fue torturada y cómo establece contacto con Osvaldo Romo y Krasnoff (actualmente cumpliendo condena por violaciones a los derechos humanos). En cuanto a este último, narra su apreciación a este personaje, donde se deja entrever el método de coerción ejercido hacia ella, método que finalmente logra el triunfo del torturador:
"Cuando me devolvieron a José Domingo Cañas le dije a " Krasnoff que había advertido a las demás detenidas que no hablaran nada delante mío. Contrariamente a lo que yo esperaba, no me torturaron ni castigaron físicamente. Creo que Krasnoff inició una nueva estrategia para interrogarme y mantenerme doblegada: largas sesiones en que me hablaba del rol de las Fuerzas Armadas en ese período, justificando lo que hacían. Paralelamente me llevaban a un sector contiguo en su oficina, y por orden suya, me obligaban a escribir sobre mí, sobre mi infancia, de por qué había ingresado al MIR, qué pensaba de las Fuerzas Armadas en ese momento, etc. Lo hice."
En los capítulos finales se dedica a describir la estructura orgánica de la DINA, su participación como agente y sus días como mujer culpada y perseguida tanto por la DINA, por el MIR y toda la izquierda chilena. A lo largo de su testimonio se va evidenciando como la biopolítica, es decir, la subyugación de los cuerpos para doblegar la voluntad y así generar gobierno, fue utilizada como principal arma para instalar el neoliberalismo en Chile, es decir, cómo las torturas, las traiciones y el terrorismo de estado, se instala en un país que aspiraba a grandes cambios revolucionarios, tal como lo dice el grupo encargado de la visita guiada de Londres 38 "La dictadura fue una derrota militar, no política, aunque eso es lo que nos quieren hacer creer con las ideas de que el pueblo no quería la Unidad Popular"... Efectivamente el pueblo fue aterrado, horrorizado y doblegado por el terrorismo de Estado, o como lo explica Naomí Klein, gracias a La Doctrina del Shock".