

Durante el período del régimen militar en Chile (1973-1990) se violaron sistemáticamente los derechos humanos, por medio de torturas, desapariciones, violaciones, asesinatos y escenas macabras.
Naomi Klein, autora del libro La Doctrina del Shock, explica cómo se pretendió instalar el sistema económico neoliberal –un sistema que no sería fácilmente aceptado por la población, por sus características- por medio del shock. Explica que esta doctrina fue utilizada por primera vez de forma masiva en Chile durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Por otro lado, Michel Focault explica cómo la práctica gubernamental desde el soberano hacia los súbditos, está mediada por la violencia hacia los cuerpos, como una forma de mantener el control por parte del Estado hacia la Sociedad Civil, lo que se ha convertido en un verdadero arte de gobernar.
Marcia Alejandra Merino, más conocida como La flaca Alejandra, tras las sesiones de tortura se convierte en una de las principales informantes, entregando a militantes tan importantes para el MIR. Años más tarde entregará su testimonio acerca de lo vivido, por medio del libro “Mi verdad: más allá del horror, yo acuso”
"Desde el 1º de agosto de 1974 hasta fines de mayo de 1975, fecha en que salí de los centros clandestinos de detención, tortura, muerte y desaparecimiento, dí también los nombres de Muriel Dockendorf y Francisco Aedo, hasta ahora desaparecidos. Además entregué el domicilio de Adriana Urrutia, Sara Astica, Liliana Maldonado, Zaida Cataldo y Gloria Laso, todas ellas sobrevivieron a la detención y tortura."Como militante del MIR, cumplió labores logísticas, como la búsqueda de casas de seguridad y también estuvo a cargo de la reorganización del partido en Talca tras el golpe de estado. Por lo tanto, tenía un amplio conocimiento de direcciones y nombres de personas, razón por la cual es detenida y cooptada por el organismo de inteligencia, que tenía el objetivo de "limpiar" el país, tal como se indica el conocido Informe Rettig.
"Apenas llegué a ese lugar, que después supe era Londres 38", me invadió un terror indescriptible, pues el ambiente era el infierno. Escuchaba gritos de personas torturadas, voces de mando, insultos, golpes... A la mañana siguiente, lo sé porque escuché órdenes de levantarse a muchas personas, me tomaron de la mano y me llevaron a un segundo piso (...)"La escalera por la que sube Alejandra, es descrita por otros prisioneros como una escalera de Caracol, y lleva a las salas de interrogatorios y torturas. Es precisamente una de estas salas, donde esta mujer inicia un viaje de no retorno, que ella misma describe como muerte o muerte "En toda esa época, mi dilema fue elegir entre la muerte y la muerte...".
"Cuando me devolvieron a José Domingo Cañas le dije a " Krasnoff que había advertido a las demás detenidas que no hablaran nada delante mío. Contrariamente a lo que yo esperaba, no me torturaron ni castigaron físicamente. Creo que Krasnoff inició una nueva estrategia para interrogarme y mantenerme doblegada: largas sesiones en que me hablaba del rol de las Fuerzas Armadas en ese período, justificando lo que hacían. Paralelamente me llevaban a un sector contiguo en su oficina, y por orden suya, me obligaban a escribir sobre mí, sobre mi infancia, de por qué había ingresado al MIR, qué pensaba de las Fuerzas Armadas en ese momento, etc. Lo hice."